Dolor e irresponsabilidades del 30/12
El pasado jueves 30 de diciembre un tragedia sucedió en el barrio de Once y enlutó la ciudad de Buenos Aires. La discoteca República Cromañón sufrió un feroz incendio que dejó a casi dos centenares de personas muertas y unos setecientos heridos, con más de un centenar que pasaron por terapia y que aún quedan allí varias decenas de pacientes. El dolor aún sacude a la población en un drama que pudo ser totalmente evitado y que ahora no puede quedar impune como tantos lamentables sucesos de la historia Argentina.
La tragedia que enlutó la finalización del 2004 a los argentinos tiene un carácter completamente distinto a la destrucción que ocurrió en Oceanía a consecuencia del tsunami. Mientras esta fue una catástrofe producida por la naturaleza (aunque cabe reconocer que si los gobiernos de los diferente países afectados hubiesen preparado con anterioridad un sistema de alerta –que tecnológicamente hoy es posible-, la cantidad de muertes hubiera sido notoriamente menor), en el caso del incendio de la discoteca República Cromañón todo fue bajo la responsabilidad humana, tanto por acción como por omisión.
La magnitud, en cantidad de vidas humanas, de la desgracia fue superior a la suma de los atentados de la Embajada de Israel (17/3/1992), y la AMIA (Asociación Mutual Israelita Argentina), el pasado 18 de julio de 1998, y nos estamos refiriendo al mayor atentado terrorista de la historia de la Argentina. Sería doblemente dramático que no pudiera modificarse nada en la sociedad argentina luego de este incendio al igual que si permanecen impunes los numerosos responsables.
No hay comentarios:
Publicar un comentario