martes, 25 de octubre de 2011

Tragedia en el boliche de Cromañón

¿Cómo fue la cobertura hospitalaria?
Desde el punto de vista del recuso humano ha sido excelente. Queda demostrado una vez más, el alcance de la capacidad operativa del sistema y, además, la riqueza del recuso humano de nuestros hospitales. Tanto la calidad técnica, médica y humana de los profesionales, porque hubo infinidad de médicos que se acercaron a colaborar sin estar ese día en el hospital o de guardia.
Nosotros no vamos a hablar de cuestiones puntualmente referidas a insumos o tecnologías, ya que todo el mundo conoce -a través de nuestra posición gremial-, las dificultades que tienen hoy los hospitales públicos, respecto a nombramientos, actualización de tecnología y, más de una vez, a la presencia de un insumo en su momento justo, que es el momento que lo requiere el paciente.
No vamos a hablar sobre ninguno de estos aspectos en relación al caso del boliche República Cromañón, dado que lo venimos diciendo siempre. Pero quiero dejar en claro una cosa que es fundamental: este hospital público es el hospital que defendimos durante todo el año 2004 y siempre lo hemos hecho. 

¿En qué sentido?
En el sentido de la defensa del paciente, usando la palabra paciente y no cliente, con todo lo que connota cada uno de los términos. En el sentido de la defensa del director médico, del jefe de servicio, del médico, de la formación científica, profesional y médica que tienen los hospitales, y no de la formación del gerenciamiento, como plantean algunos.
Esos mismos que hablan de costo y beneficio, desde un punto de vista economicista, son los que hoy se llenan la boca elogiando a este modelo de hospital público, que el único beneficio que tiene que otorgar, es el de la salud de los pacientes.
Una vez más, tenemos el pleno convencimiento de la defensa no sólo de las condiciones laborales del médico, sino del modelo de hospital que queremos. 

¿Cuál es ese modelo?
Si bien es un modelo de hospital que tiene falencias, que hay que mejorarlo, administrativamente se lo debe mejorar, estamos convencidos -y esto lo queremos recalcar-, que si no fuere este el funcionamiento del hospital, y fuera aquel del gerenciamiento, propuesto por la Secretaría de Salud del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que planteaba que el hospital público debía estar atento a las oportunidades del mercado, no se hubiera llevado adelante la difícil tarea de contener a los pacientes y a los familiares de las víctimas, actuando con rapidez para salvar cientos de vidas humanas en la mayor catástrofe que soportó la ciudad de Buenos Aires.
Por ejemplo, cuando la Secretaría de Salud planteó los concursos a directores de hospital, y nosotros luchamos por modificar esos decretos, estábamos convencidos que debían cambiarse y se volvió a nuestra carrera. Lo que se discutía ahí no era si se llamaba a un concurso, lo que se discutía eran dos modelos de hospital público. Este, que todo el mundo elogia, hasta el actual Secretario de Salud que pretendió cambiarlo, este es el modelo que defendemos frente al modelo del gerenciamiento. El hospital que actuó en las catástrofes de LAPA, de la AMIA y de la Embajada de Israel, entre otras, es el que está trabajando por el caso Cromañón, es el hospital que defendemos, que es el único capaz de responder sin pedir otra cosa que simplemente, reforzar su recurso humano y contar con los elementos para seguir brindando una atención de la salud como es capaz de brindar. 

¿El sistema hospitalario necesitó apoyo de algún tipo?
El sistema funcionó a pleno y el apoyo que se pidió fue en derivaciones, que algunas eran solicitadas por los mismos pacientes y otras se hacían desde el sistema, en algunos puntos que se nos hacían cuellos de botella.
Otro pedido que realizamos desde la AMM, ese mismo día, fue que esa noche la del 31 de diciembre, hubiera moderación en los festejos. Por qué. Porque si bien la moderación iba a suceder, dado que había un gran dolor en cada uno de nosotros, lo pedíamos porque algunos hospitales tenían cuellos de botella. Por ejemplo, el Hospital de Quemados, tenía la sala de terapia intensiva a full y los respiradores todos ocupados, tal es así que hubo que derivar, por déficit de respiradores en ese momento, a otros hospitales. Esto es normal, en la red tiene que suceder esto, lo que no podía tolerar el sistema era que lleguen más heridos o quemados graves. Por este motivo, salimos a pedirle, a rogarle a la población mesura, para que no haya dificultades en la atención en aquellos lugares que aparecían abarrotados, como podían ser las salas de terapia intensiva.
La población fue muy solidaria, las Organizaciones No Gubernamentales también, dado que se plegaron a este pedido de prudencia. En definitiva, la noche del 31 de diciembre se atendieron en el Hospital de Quemados sólo 5 heridos, cuando en navidad se habían atendido 56.
Hubo un aporte solidario, realmente importante para entender muy bien lo que estaba pasando. Cuando estábamos el 31 en los hospitales, la gente se acercaba a prestar su colaboración, como también tengo que decir que hubo una gran contención social hacia los pacientes y los familiares de las víctimas, incluso de personas que se venían a ofrecer sin estar vinculadas directamente al hecho, sólo por solidaridad. 

¿Se imagina qué hubiera sucedido si la cobertura se hubiera realizado con un modelo de hospital gerenciado?
Un modelo que habla de gerenciar los hospitales, que no le preocupa que los hospitales tengan un nivel prioritariamente científico y médico, que llama clientes a los pacientes, me preocupa y mucho. No sólo tengo dudas, estoy absolutamente seguro, que ese modelo que piensa en el costo - beneficio económico de la salud, no puede responde ante una catástrofe como la ocurrida en Cromañón. No puede responder jamás ante un modelo solidario, equitativo, de libre accesibilidad y oportunidad del acceso, como es el que defendemos y que funciona actualmente. Un modelo basado en el gerenciamiento, no tiene en cuenta las anteriores características; jamás podría funcionar con la entrega y la solidaridad con que se trabajó. 

¿Cuál es la evaluación que hacen de la cobertura?
La evaluación general es muy buena, dado que la atención así lo fue. Quedan muy pocos internados que evolucionan favorablemente.
El sistema médico respondió muy bien, el SAME lo hizo de igual forma, la contención psíquica de los pacientes en los hospitales públicos fue muy buena. Por estos motivos, nos sentimos orgullosos de representar y de ser Médicos Municipales. Hoy, después de la tragedia de Cromañón, compartimos el dolor inmenso de los familiares de las víctimas y sentimos un profundo orgullo y respeto por representar a estos médicos. 

¿Qué puntos considera que se podrían mejorar?
No podemos seguir luchando para que se realice un concurso y que a ese profesional se lo nombre al año. Hay puntos flojos dentro del sistema respecto al recuso humano. Los insumos tienen que estar en tiempo y forma, la tecnología hay que actualizarla y hay que darle dinámica al sistema en red. Las redes hospitalarias funcionaron, pero actuó mucho el compañerismo, el contacto con conocidos, la mano solidaria, etc. La red del sistema debe estar más aceitada. También los hospitales tienen que tener mejores condiciones laborales para los médicos y los profesionales de la salud, es decir, se deben cumplir los reclamos que venimos haciendo desde hace mucho tiempo y hoy queda demostrado que son justos y reales. 

¿La falta de controles en lugares públicos afecta directa o indirectamente al sistema de salud?
La muerte siempre duele, la muerte joven duele el doble y la muerte joven que pudo haber sido evitada duele tres veces. Ha llegado el momento de que tomemos conciencia de cuánto de esto está afectando al sistema de salud, que es parte de la sociedad, y hoy estamos hablando de la mayor catástrofe de Argentina. Por lo tanto, tenemos que ir hasta el fondo de esta cuestión, quienes tengan responsabilidades que se hagan cargo de la misma y de aquí en más entender que así, la sociedad está enferma y debemos mejorarla y superarnos. Son 192 vidas perdidas y cada una de ellas tiene una connotación muy fuerte. Cromañón nos duele y este dolor nos tiene que enseñar. 

¿Qué opina del caso Cromañón?
Como argentino me cuesta entender que hayamos llegado a este día. Acá hay responsabilidades de todo tipo y se debe ir hasta el fondo de la cuestión. La única forma para entender que tenemos un futuro mejor, sin quitarnos este dolor inmenso, es que se establezcan cuales han sido las responsabilidades de cada uno.
Este caso tiene que ser un punto de inflexión, debe ser un antes y un después. El caso de Cromañón es la manifestación de distintas desidias. Pensemos hacia delante, apoyándonos en el dolor de lo que ha quedado, si volvemos a repetir otro Cromañón, es que como sociedad hemos fracasado. 

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